El Tímido Lucio.
EL TÍMIDO
LUCIO.
Los
principales sentimientos que han motivado al hombre durante todas las épocas de
su existencia, son el odio, el temor y el amor. El amor es un sentimiento
involuntario, del cual se han escrito millones de libros que ocupan grandes
anaqueles en diferentes bibliotecas. El amor de pareja no es igual hoy a como
se entendió durante la Edad Medía, fue a partir del romanticismo, en el siglo
XIX cuando se creó en Occidente el paradigma de amarse. Se recuerdan en la literatura amores embelesados
que cometieron errores, como Romeo y Julieta, con el pleito entre sus familias
Montescu y Capuletos; el amor de Tristán e Isolda y María. Todos los nombrados fueron
conocidos por la literatura, el teatro, la música y la pintura.
Nuestra
historia, amorosa, tiene por protagonista, al caballero Lucio Martínez, natural
de Calabozo, muchacho bien parecido, bien educado, muy trabajador que siempre
ayuda a su padre en las tareas agropecuarias. No quiso seguir estudiando porque
dijo en muchas ocasiones se ganaba más dinero en el comercio que con una
profesión de doctor; pero… era muy tímido con el trato con las damas. La otra
protagonista es la señorita Marisela González, también nacida en Calabozo.
Las
parejas provienen de familias respetuosas y cumplían cabalmente con las pautas
sociales de la época. Marisela era una mujer espectacular a las 18 años, buen
tamaño, melena que le llegaba al hombro,
cara angelical donde se destacaban de manera especial sus ojos verdes, como el
trigo verde, verde limón; sus miradas recuerdan la poesía del también llanero,
Francisco Lazo Martí, cuando expresaba: “Tus ojos son tan bellos, que cuando
miran a alguien lo bendicen”. Exhibía
con orgullo senos espectaculares, por el tamaño, turgentes y grandes pezones
que se notaban cuando vestía blusas livianas, de la cadera a los pies su cuerpo
es de tentación. Ella estudió y se graduó de Maestra especial para niños de
pregrado.
Lucio en una reunión de amigos y familiares conoció
a esta canela fina, se enamoró, pero su timidez, que no lograba vencer, le impidió acercarse a la muchacha y buscar conversación
con nuestra bella Marisela.
Lucio,
era un joven sano, no fumaba, no bebía con exageración y tenía numerosos amigos;
una noche se reunieron en un bar, conocido popularmente como La Copa Negra, su
dueño Agustín Zurita los trataba muy bien. Piden cerveza y Lucio inicia la
conversación confesándoles a sus amigos que está enamorado de verdad. Pedro,
uno de los asistentes le pregunta, eso es cierto?, como se llama, Lucio con su
inocencia de siempre, le dice: aún no le he propuesto noviazgo, pero estoy enamorado
de Marisela González; Pedro exclama muy alborotado, cónchale Lucio esa si es
una hembra de verdad, pero apúrate a
conseguir su consentimiento porque aquí
hay mucho gavilán que desea esa carne, y te recuerdo un dicho popular: la carne
no está en el garabato por falta de
gato; y el enamorado es el único en
hacer un juramento; rápidamente grita Pedro a Agustín: por favor otra cerveza
tan fría como abrazo de suegra. Luís otro de los acompañantes de esa noche en
la Copa Negra le sugiere a Lucio:” tener una relación con la mujer adecuada es
esencial para el bienestar del hombre”, eche pa´lante amigo Lucio. Jacinto le
recomienda a Lucio:” uno se siente más a gusto con pareja que solo con su alma,
porque el amor es maravilloso, y toda relación de pareja está basada en la
confianza mutua y Marisela es una muchacha muy seria y dedicada a su trabajo
fino como es cuidar y enseñar niñitos. El otro amigo Alberto, que bebía su
cerveza añadió a los comentarios del
grupo: “un hombre necesita un poco de locura para casarse y además la felicidad
es un placer que se comparte.; el órgano
que mejor habla es el corazón, además, una de las emociones más apasionantes de la
alegría es el amor; las personas se casan, porque piensan en un amor a largo
plazo, el amor es una intimidad emocional, y hay muchas formas de amor y
recuerda que el amor es como el trigo,
si no lo riegan no nace”.
Agustín
el cantinero, gran conocido del grupo de muchachos que esa noche los atendía,
también se atrevió a sugerir consejos al enamorado Lucio: “necesitas dar muchos
abrazos a tu esposa para sentirte feliz y hay un juez llamado tiempo que pone a
todos en su lugar. No dejes de vivir tus sueños, y la sonrisa es el idioma
universal con el cual te comunicaras diariamente y esa niña Marisela es hermosa, linda y
discreta y será tu medicina que te quita todos los dolores”. Por lo avanzado de la noche, al día siguiente empezaban las labores en la finca, todos se saludaron amistosamente
y cada cual se fue.
Soy
el amigo anónimo que da consejos pero posiblemente nunca los aplico; tu suegra te dio la mujer, el regalo
más hermoso, de todos, su hija para que la hicieras feliz. Das amor a quien te transmite amor, el primer
beso no se da con la boca, sino con la
mirada. No le falles a una mujer cuando ella te quiere de verdad, algo más
absurdo de querer a alguien que no te quiere…Cuando te casas con una mujer, te
casas también con su historia; la dolencia de amor no se cura. Los sentimientos
pueden cambiar, la gente se va, pero el corazón nunca olvida, el pájaro no
canta porque es feliz, es feliz porque canta. Se feliz, nunca sabes cuánto tiempo te queda. A veces el amor llega de manera repentina y
arrollante. El amor no es lo que dices sino lo que haces, los sueños a veces
vuelan. No dejes que te domine el más poderoso sentimiento que mueve al hombre,
el odio! Termino mis consejos que casi nunca cumplo:” El amor es la más fuerte
de las pasiones porque ataca a la vez la cabeza, el corazón y el cuerpo”.
(Voltaire).
Lucio
pensó toda la noche y durante el día, cómo se le declaraba a Marisela, lo
encontró, lo soñó, Quizás lo leyó
anteriormente en una revista de la época, le escribiría diariamente una tarjeta
con un pensamiento amoroso, no lo firmaría por los momentos y en el sobre
pondría: para Marisela. Sus manos.
La
primera tarjeta que escribió con gran emoción: “Tú eres el dulce mal con que me estoy muriendo”.
Durante la noche la dejó caer por la rendija de la puerta. La segunda tarjeta
la noche siguiente:” La felicidad es un sueño y… tú eres mi sueño”, ésta la
dejo caer por una ventana de la casa. Siguió con tarjetas todas las noches muy tarde para evitar ser identificado. He aquí algunas que
escribió: “Cuánto abrazos necesitas para sentirte feliz”. “Te has ganado mi
confianza y mi respeto”. “Mi corazón late más rápido cuando menciono tu
nombre”. “Y tu mirada la llevo atada a mi corazón”. “Tengo el café listo, solo
falta lo dulce de tus besos. “Te llevo
en el alma como un tatuaje de sol”. “Tus ojos son tan bellos, que cuando miran
a alguien lo bendicen”. Desde luego Marisela leyó todas las tarjetas, se emocionó y deseaba saber quién era ese enamorado clandestino que no
se atrevía a decirlo personalmente.
Un
domingo, a las 11 de la mañana, Marisela va con su madre a misa, en la bella Catedral
de Calabozo, ella con velo, a la antigua, misal y rosario en sus manos para
orar con fe; su madre a su lado. Lucio se atrevió a ir a misa y se sentó detrás
de ella casi pasando desapercibido. Estaba orando arrodillada y al levantarse
del misal cayó unas de las tarjetas de Lucio, este con gran caballerosidad, la
recogió, ella en gesto cordial lo agradeció, pero… Lucio le dijo, de frente, esta tarjeta es para
usted, y se la entregó. Otra tarjeta, Marisela
quedo sorprendida, por fin conoció al admirador clandestino, al leer la nueva tarjeta, esta decía: “Eres un ángel,
quieres ser mi novia”. Marisela se turbó aún más y durante el abrazo de paz en
la misa lo dio con más fuerza a Lucio. Quedó establecido un noviazgo en sus inicios, que se
prolongó hasta su matrimonio, en la misma catedral un año después.
La timidez significa sentirse un poco asustado
cuando tienes gente alrededor. Un Psicólogo me expresó, la timidez llega a un
punto que se pierde y el sujeto se transforma en un sereno aventurero.
Julián
Viso Rodríguez.
Médico.
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