El Médico Rural.
EL MÉDICO RURAL.
El 22 de agosto de 1958, el Br.
Marcelo Mendoza, se gradúa de Médico Cirujano en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Marcelo es hijo del Ingeniero Pedro Mendoza y
de Doña Rosario de Mendoza. Jubilosos
los padres porque su primogénito es Médico. Luego es recibido en su casa de
habitación con una magnifica fiesta, reunión de
toda su familia y amigos
entrañables.
Marcelo fue designado por el
Ministerio de Salud para trabajar en el
Centro de Salud de Guayabal, pequeña población ubicada al sur del Estado Guárico. Su presentación en
el Centro de Salud de ese poblado estaba pautada para el 12 de octubre del
mismo año; cuando terminara el año rural
de quien hasta ahora había hecho labor de Médico en ese ambulatorio.
Marcelo partió en su automóvil el 10
de octubre, se detuvo en el Hospital de Calabozo para una entrevista profesional con el Director del
Hospital, recibido por el Dr. Rafael
Ortíz. Marcelo le propuso: “aquellos
pacientes quirúrgicos, obstétricos, de traumatología y también los casos de
medicina interna que no pudiera resolver se los enviaría al Hospital de
Calabozo para su atención”. Ortíz se puso a la orden de Marcelo.
El 12 de octubre se presenta Marcelo a
recibir el Centro de Salud de Guayabal,
un pequeño ambulatorio que resolvía las pequeñas enfermedades de los
pobladores. Lo recibe con gran respeto, la única enfermera con que cuenta el
servicio asistencial, la joven Justina
Márquez, de inmediato lo pasea por las instalaciones y lo lleva a su cuarto de
habitación, donde dormirá porque la atención es de 24 horas.
Al día siguiente tiene su primera consulta externa.
La enfermera Justina le lleva el primer paciente, una mujer de varios años,
deteriorada en su salud; Sra. Que tiene usted que asiste a la
Consulta, la paciente contesta una
“continuación” Dr., Justina le dice, ella dice que es una diarrea; ah...
Comprendo, le hace su historia y el examen físico, por no encontrar más signos y síntomas, le
entrega su tratamiento escrito.
La segunda paciente, es otra señora,
cincuentona con una niña de 13 años. La mamá de la niña se adelanta, Dr.
Ella es la enferma, y que presenta la
niña, bueno, está suspensa, nuevamente Justina con gran atino le informa, no le
viene la regla. Marcelo con la enfermera presente, examina a la niña y le nota
gran abultamiento del abdomen inferior, encuentra todos los signos y síntomas
de un embarazo en la jovencita, y al regresar a su escritorio, le informa a la
mamá de la niña que esta tiene un
embarazo de 4 meses. La mamá se enfurece contra la niña, le dice improperios
de todas las marcas y le la golpea. Le quita Marcelo y
Justina la niña, se tranquilizan y
abandonan la consulta.
La tercera paciente de la consulta mañanera es una doña que pasa de
60 años. Sra., dígame porque consulta hoy, pues doctor porque mis relaciones
sexuales son muy insípidas, mi marido anda en busca de jóvenes
menores que yo. Sra. Está segura que usted desea las relaciones íntimas
con su marido… Dr. le recuerdo que las mujeres del ombligo hacia abajo no
envejecemos.
Los
pacientes de Guayabal, asisten donde
el profesional médico después que han acudido en varias ocasiones al brujo del pueblo; quien
mantiene consulta, en los arrabales de
la aldea. No cura a nadie y cuando llegan donde el médico están complicados.
Comenta con su joven enfermera, conoces al tal brujo?, ella le informa que se
llama Santana, y los aldeanos le tienen mucha fe hasta cuando ya no ven
síntomas de curación. Pues, Justina este sábado, Ud. me acompaña para yo hablar
con el brujo; le anticipo, no se angustie que no se presentará ninguna
violencia.
Como
estaba establecido, el sábado visitan al brujo Santana. Éste los recibe con
amabilidad, cree que son enfermos que consultaran. Marcelo es el primero en hablar. Sr. Santana, yo soy Médico del Centro de salud y quiero ponerme de acuerdo con
usted sobre los enfermos que atiende. Ayer recibí un joven de 15 años
mordido por una culebra venenosa, una cascabel, usted lo atendió con menjurjes, pociones, ese joven, lo remití de urgencia al Hospital de Calabozo,
tenía edema, hinchazón grave desde
el pie hasta la rodilla, y se notaban signos de gangrena por el color
azuloso de su piel, ese niño puede perder su pierna por amputación, así mismo enfermos diabéticos que no reciben
insulina ni medicamentos antidiabéticos y eso es grave, porque el azúcar
sanguínea muy alta puede causarle un coma y mueren. Mi
presencia aquí es que lleguemos a un
acuerdo, paciente que Ud. vea difícil su curación, por favor me los envía al
ambulatorio y yo me encargo se su salud.
Santana: estoy de acuerdo que la brujería es
un territorio fértil para la imaginación, son ideas circunstanciales y de
supercherías y que usa como medicamentos.
Yo soy brujo y conozco mis hierbas:
La Mandrágora, la uso porque tiene
propiedades alucinógenas.
Ungüentos de atropina, poderoso alcaloide, produce
letargos.
Beleño, Estramonio, Eléboro, Belladona
para infusiones bebibles y potingas.
Para pócimas: trementina, ruda, harina
de peces, semillas de amapola, algo de setas bien mezclado.
Hay plantas mágicas: Heliotropo, para
alejar todo temor y atraer placeres.
Cardencha, machacado, reducirla a
polvo, mezclada con gusanos de tierra para hacer nacer el amor entre el hombre y una mujer.
Muérdago, abre todas las cerraduras.
Beleño negro produce locura. Bistortas
para la fortaleza. Centcuna menor, provoca alucinaciones, delirios-
Oraciones a los Santos: San Cipriano, Santa Justina, Santa Cumba, San
Luciano, San Marco. Agua bendita. Las cruces.
Los curanderos emplean plantas,
animales, recursos naturales y ayudan a los pacientes a controlar la irritabilidad.
Marcelo se despidió del brujo Santana y quedaron con el acuerdo entre la
brujería y la ciencia.
De regreso al Centro de Salud, Marcelo
invita a Justina a comer un gran hervido
de Pabón, llamado el pez rey de los ríos. Justina acepta, le informa,
que no siendo el llanero y sin conocer la zona, ella lo llevará a un comedero
de río espectacular. Durante, el almuerzo, repentinamente Marcelo le pregunta
muy seriamente a Justina, eres casada?
La joven enfermera no esperaba esa pregunta, pero rápidamente le
responde: no doctor, soltera, sin compromisos
y… virgen. En este pueblo los hombres buscan a las muchachas para
satisfacer su función sexual, y no es raro que sí sales preñada, no lo vuelvas
a ver, no son responsables.
Marcelo entra en confianza con
Justina, le explica, yo tampoco soy casado y no tengo compromiso, lo otro
pertenece a la intimidad varonil. Al
terminar este año rural, regreso a Caracas, preparo mis papeles universitarios
y visa americana y haré un postgrado de cirugía cardiovascular en la ciudad de Cleveland en
los Estados Unidos, son 4 años de estudios.
Termina el almuerzo y Marcelo lleva a
Justina a su casa, se despide hasta el lunes.
Ese lunes, comienzo de semana, al
llegar, Justina le entrega un regalo al
Dr. Mendoza, una cesta llena de frutas
llaneras, merey, mango, guanábana; esto lo agradece Marcelo con su especial educación.
Una tarde, ya terminado el trabajo,
Marcelo entra por equivocación a la habitación donde la enfermera se quita el
uniforme se viste de civil, y encuentra a la joven y bella muchacha casi
semidesnuda; ella no se asombra por la situación, pero Marcelo en principio
queda extasiado con el cuerpo anatómicamente perfecto de la chica; se acerca
lentamente hacia ella, duda por unos segundos, pero decide abrazarla y besarla
y observa que es muy bien correspondido; se despojan de sus vestiduras y se solazan bajo las sábanas, y se da cuenta
que Justina es una gran amante, insaciable y se queda a pasar la noche con Marcelo.
Estos encuentros sexuales se repiten
con frecuencia y surge entre los dos grandes sentimientos amorosos. Transcurren
los meses y se intensifican los amoríos en la pareja, se hacen inseparables.
Cumpliéndose el año de trabajo en el
Centro de Salud, una noche Marcelo, se confiesa con Justina, cariño, debo
regresar a Caracas y realizar mis diligencias para irme al exterior, me voy con
una ruptura de mis aurículas, pero eso estaba conocido por ti. Justina
acepta que no ha sido engañada, y le afirma tiernamente, te vas, pero me
dejas un hijo en mi vientre… La conmoción emocional de Marcelo es instantánea, se turba, pero
reacciona, te aseguro que to faltará nada a ti y al niño, todos los meses te
envió lo suficiente y haré hasta lo imposible para tu bienestar, no te olvidare.
Un corazón enamorado no olvida…
Se va Marcelo al día siguiente, sin
ver a Justina quien a exprofeso se quedó
en su casa, haciendo caso al dicho:” Las despedidas son muy tristes y mientras
más rápidas mejor”.
Marcelo llega a su casa nuevamente,
explica que pronto iniciará las diligencias para solicitar la Visa americana y dedicarse luego
al viaje y a sus estudios de postgrado.
Reúne a los padres y hermanos, hermanas,
les cuenta lo bien que le fue, la entrevista con el brujo de la aldea y dice:
hay algo que me perturba, mi enfermera, la única del Centro, joven, bella,
educada, sin querer me enamoré de ella y ahora quedó embarazada. Silencio
familiar. El padre, el ingeniero, le dice: hijo te comprendo, eres demasiado joven para resistir una
tentación tan fuerte; pero te diré algo: vas a llamar a esa muchacha mañana
mismo y que se venga con nosotros, te casarás por civil y rápidamente una
sencilla ceremonia religiosa; no acepto que un hijo tuyo, mi primer nieto viva
casi a la intemperie en el Apure, y a la larga sea un arriero, no, usted se
casa y se va con su mujer preñada a Cleveland.; así el hijo y nieto, tendrá
doble nacionalidad y una familia que lo respaldará para siempre.
Así se
hizo, se cumplió la voluntad paternal, familiar y Justina fue muy bien recibida, se hicieron todas las diligencias para su viaje de luna de miel y ahora
esposa del Dr. Marcelo Mendoza.
Julián Viso Rodríguez.
Médico.
Caracas, 28 de junio 2020.
La experiencia de Médico rural es única y hay que vivirla.
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